jueves, 23 de mayo de 2013

Batalla de Rancagua

Se conoce como Batalla o Desastre de Rancagua al último de los enfrentamientos de la llamada Patria Vieja, ocurrido los días 1 y 2 de octubre de 1814 en la ciudad de Rancagua, Chile.
La caída de Rancagua marca el fracaso de los primeros proyectos por la Independencia de Chile. El General Bernardo O'Higgins, bajo el mando de José Miguel Carrera, en ese entonces Presidente de la Junta Provisional de Gobierno, fue sitiado en la plaza de la ciudad por las tropas realistas al mando del Brigadier Mariano Osorio, logrando resistir durante dos días, hasta que con los pocos hombres de su división que sobrevivieron, pudo romper el cerco y huir. Durante el fragor de la batalla, Bernardo O'Higgins dijo nuevamente la frase que había acuñado meses antes en la batalla de El Roble: O vivir con honor o morir con gloria, a las tropas.



Batalla de Rancagua
Guerra de Independencia de Chile
BatallaDeRancagua.JPG
Batalla de Rancagua1
Fecha 1-2 de octubre de 1814
Lugar Plaza de Rancagua
Resultado Decisiva victoria realista.
Inicio de la Reconquista española.
Beligerantes
Flag of Chile (1812-1814).svg Patriotas chilenos Flag of Spain (1785-1873 and 1875-1931).svg Imperio español2
Comandantes
Bernardo O'Higgins Mariano Osorio
Fuerzas en combate
Flag of Chile (1812-1814).svg Ejército patriota
Total: ~4.0003 4
En batalla:
1.0845 -2.0003 6 tropas7 8
6 cañones
Coronela.png Ejército realista
Total: ~5.0003 4
En batalla:
2.200 efectivos9
18 cañones
Bajas
402 muertos
292 heridos
888 prisioneros10
111 muertos
113 heridos





Antecedentes generales

A mediados de 1814 el virrey del Perú, Don José Fernando de Abascal, desconociendo el Tratado de Lircay ordena una nueva expedición militar a Chile, con el fin de reconquistar el país para la corona española. Esa expedición -al mando del General Mariano Osorio- llega a Chile a fines de agosto y, en una reedición del plan del general Gabino Gaínza decide atacar rápida y directamente Santiago de Chile a fin de aplastar las ideas independentistas.
Mientras tanto, las fuerzas chilenas se encontraban disminuidas y divididas. Después de la firma del acuerdo en Lircay, muchos regimientos habían sido desbandados y los milicianos habían retornado a sus hogares.
Aún más, debido al golpe militar de José Miguel Carrera y el cuestionado presbítero Julián Uribe en julio de 1814, el ejército se encontraba dividido entre las fuerzas que seguían al gobierno militar, bajo el mando de Luis Carrera, y las que buscaban la restauración del gobierno civil, al mando de Bernardo O'Higgins. El país se encontraba al borde de la guerra civil, dado que los ejércitos se enfrentaban cerca de Santiago, y los primeros golpes ya habían tenido lugar (Combate de las Tres Acequias).
Cuando los chilenos se dieron cuenta del avance monarquista, las fuerzas de Osorio se encontraban ya a la altura de San Fernando. O'Higgins se puso bajo el mando de Carrera.

Consideraciones estratégicas

Bernardo O'Higgins vigila desde la torre de la Iglesia de la Merced, esperando inútilmente la ayuda de José Miguel Carrera.
El plan de Osorio buscaba lograr sorpresa estratégica a fin de tomar Santiago rápidamente o forzar a las desprevenidas fuerzas chilenas a dar batalla en condiciones desfavorables. En ambos casos preveía victoria con relativa facilidad.
En el lado chileno la intención era ganar tiempo a fin de reformar los regimientos desbandados sin perder Santiago y el centro del país, ya que tal perdida significaría la imposibilidad de reformar tales regimientos.
Así pues, y lograda esa sorpresa, Osorio buscaba ya sea avanzar hacia Santiago o dar una "batalla decisiva", en ambos casos, lo más rápido posible. Los chilenos necesitaban detener o a lo menos disminuir ese avance, a fin de que el gobierno en Santiago tuviera el tiempo necesario para organizar la defensa. Esto se podía lograr ya sea encontrando una plaza fuerte que se pudiera defender a mediano o largo plazo o dando una serie de batallas defensivas mientras se replegaban hacia Santiago, al mismo tiempo conservando fuerzas.
Los Hermanos Carrera eran partidarios de defender Angostura de Paine, lugar que en teoría es más favorable a posiciones defensivas pero que está más cerca de Santiago, mientras que O'Higgins era partidario de obstaculizar el avance español empezando por el río Cachapoal, inmediatamente al sur de Rancagua. Lugares menos defendibles, pero que ganarían tiempo y preservarían territorio.
Los Carrera y O'Higgins llegaron a un acuerdo general, más o menos el 8 de septiembre; José Miguel Carrera permanecería en Santiago, disponiendo la defensa y a cargo de la organización general mientras las tropas de O'Higgins y Juan José Carrera (1ra y 2nda división respectivamente) tratarían de contener a Osorio al sur del río, retirándose si no se podía primero a Rancagua y después a Angostura, con el apoyo si fuera necesario de las fuerzas al mando de Luis Carrera (tercera división). El capitán Ramón Freire cruzo el Cachapoal a fin de reconocer y hostigar en la medida de lo posible las fuerzas monarquistas Adicionalmente, José Miguel ordeno retirar todo el ganado al norte de Rancagua y despoblar en la medida de lo posible la región al sur del río. Los preparativos para fortificar Angostura empezaron, bajo las órdenes de Luis Carrera, alrededor del 13 se Septiembre.
Los chilenos lograron confinar el avance de Osorio al sur del Cachapoal el resto de septiembre, más que nada por presencia en la región que esta entre Angostura y Rancagua, pero con algunas escaramuzas.

Antecedentes inmediatos

Carga de O'Higgins en la Batalla de Rancagua, óleo de Pedro Subercaseaux.
O'Higgins entró a Rancagua alrededor del 24 de septiembre. Al mismo tiempo Osorio avanzo su cuartel general a El Olivar, alrededor de diez kilómetros al sur de esa ciudad, y comenzó sus preparativos para cruzar el Cachapoal.
En esos momentos, de acuerdo con el diario militar de José Miguel Carrera, él consideraba que las fuerzas del general Osorio ascendían a 2.900. O'Higgins, por su parte, las calculaba en sobre 3.000. Según testimonio del general realista Antonio Quintanilla la fuerza total era de aproximadamente 3.500 hombres. Fuentes chilenas posteriores las dan ya sea como 4.500 o sobre 5.000.11 De toda la fuerza realista solo 600 eran soldados y oficiales peninsulares pero la mayoría de los soldados eran reclutas valdivianos y chilotes.12
Las fuerzas chilenas -según documentos incluidos en el diario de Carrera- estaban constituidas de la siguiente manera: 1ª división (O'Higgins) infantería 984 con seis cañones. Caballería 100.- 2ª división (Juan José Carrera): infantería 705 con cinco cañones. Caballería: 1.200.- 3ª división (Luis Carrera) infantería 452 con cuatro cañones. Caballería 464 (el resto de esta división se encontraba resguardando Santiago, etc.).
Como todo lo que se refiere a la batalla, se puede decir, que hay mucha imprecisión en cuanto al número de las tropas patriotas presentes en ese hecho. Según Benavente, en su Memoria sobre las Primeras Campañas, la 1ª división (O'Higgins) contaba con 1.155 hombres, en cambio O'Higgins, en su Historia manuscrita dice que contaba con: 500 hombres; A su vez, Ballesteros en su Revista de la Guerra de la Independencia, menciona que esta división contaba con 900 hombres.
En relación a la 2ª división ((Juan José Carrera),según Benavente contaba con 1.861 hombres; a su vez, O'Higgins, contó tan sólo 400 hombres y Ballesteros nos habla de 700 granaderos.
Por último la 3ª división (Luis Carrera), contaba según Benavente con 915 hombres; O'Higgins habla de 1.300 hombres con 6 piezas de artillería; Ballesteros menciona a su vez, 2.000 hombres.
Hacia fines de Septiembre, la segunda división se encontraba sobre el río en "las chacras de don Diego Valenzuela". Aunque el diario no lo dice, otros autores indican que a esa división correspondía resguardar los vados hacia el poniente de Rancagua, los cuales se preveía que Osorio intentaría usar si es que no trataba de cruzar al frente de Rancagua. Las fuerzas al mando de Luis Carrera (3ª división) se encontraban en San Francisco de Mostazal, inmediatamente al sur de la Angostura, resguardando y fortificando ese lugar y en preparación para apoyar la 1ª y 2ª división si fuera necesario.
Las fuerzas realistas cruzaron el río el (30 de septiembre de 1814) cerca de la Punta de Cortés, casi frente a Lo Miranda, y sin mayores problemas. José Miguel Carrera -en su diario- responsabiliza de la situación a la falta de vigilancia del oficial que, con veinte hombres, estaba a cargo de ese lugar. Sin embargo, no esta claro el porqué solo veinte hombres cuidaban lo que se consideraba el vado más fácil y el que posiblemente Osorio intentaría usar. Perdida por la 2ª division la oportunidad de atacar a las fuerzas monarquistas en un momento de debilidad, O'Higgins salió a tratar de cortarles el paso, pero no lo pudo hacer y se acantonó en Rancagua, donde, de acuerdo al plan, se daria batalla "si las condiciones eran favorables".13
Ese mismo día (30 de septiembre) José Miguel Carrera tomó el comando directo de la 3ª división (dejando a Luis en control de Angostura, a fin de prevenir una posible toma por los realistas) y avanzo sus tropas hasta Graneros, más o menos a medio camino entre Rancagua y Angostura.
En esa tarde se terminaron los preparativos del sistema defensivo que O'Higgins había organizado en Rancagua: la comandancia en la casa esquina del solar de los Olivos. La tropa ocupó los sitios del Cabildo y los contiguos al lugar en que estaba el Mercado. Se estableció un hospital militar en el Convento de la Merced. Además bloqueó las cuatro calles que dan acceso a la plaza misma con cañones atrincherados, fortaleciendo así un área un poco mayor que las cuatro manzanas centrales, pero poniendo puestos de avanzada y vigías en las entradas a la ciudad misma.
La situación presentaba una oportunidad y un problema a Osorio, quien estaba al tanto de la disposición de las fuerzas chilenas gracias a la ayuda e información dada por los monarquistas tanto en Rancagua como en los alrededores. Podía tratar de tomar ventaja de la división física de las fuerzas patriotas y lograr su batalla decisiva, atacando al flanco derecho de Carrera antes que este se atrincherara en Angostura de Paine. Pero si seguía ese curso, arriesgaba tener sus líneas de comunicación y posible retirada cortadas (amén de un posible ataque por la espalda) por O'Higgins. Podía atacar a O'Higgins, esperando una victoria fácil y rápida, pero si la batalla se prolongaba, dado que O'Higgins estaba preparado, arriesgaba un ataque por la espalda por las fuerzas de Carrera. Si no atacaba, daba tiempo para la reorganización del ejército chileno.
Osorio parece haber sido un general si no brillante, por lo menos competente. Así, se decidió por un ataque rápido buscando una victoria igualmente pronta contra O'Higgins.

Desarrollo de la batalla

Últimos momentos de la batalla.
Temprano el 1 de octubre, el ejército realista, comenzó el ataque desde la cañadilla del sur de la ciudad. Esperando quizás que los chilenos escaparían a los primeros disparos Rafael Maroto, con el desprecio que muchos de los oficiales recién llegados a América solían mostrar hacia sus oponentes, mandó a sus tropas atacar las fortificaciones del enemigo sin molestarse en enviar avanzadas ni guerrillas. El resultado fue que «los talaveras» (tropas expedicionarias llegadas al Callao en 1813), fueron acribillados por las descargas y hubieron de retirarse.
Una division, que se componia del batallon de Talavera, el Real de Lima i los húsares de la Concordia, ataco en columna cerrada al mando de Maroto, jefe del primero de estos cuerpos, por la calle de San Francisco... los patriotas los dejaron avanzar; i cuando se aproximaron hasta ciento cincuenta varas, dispararon sus cañones cargados a metralla. Los efectos fueron terribles. A vista de tal descalabro, se dio al comandante de los húsares don Manuel Barañao, la orden de que se apoderase de la trinchera sable en mano y tercerola a la espalda, su denuedo nada consiguió. La metralla diezmo sus soldados; i para salvar el resto tuvo, que refujiarse en una calle atravesada.
Memoria Sobre las Primeras Campañas, Benavente.
Tras ese primer intento fallido de tomar la plaza, Osorio decide bombardear las trincheras y asaltar los cuatro costados simultáneamente. Sin embargo los patriotas resistieron hasta el anochecer, aunque ya sin agua pues los realistas cortaron la acequia que vertía agua en la ciudad. Esto los desproveyó del uso regular de sus cañones, ya que se usaba agua para enfriarlos entre los disparos. Sin embargo la oscuridad no terminó con la lucha, la que continuo sin cesar por treinta y seis horas continuas.
Al caer esa tarde, Osorio decidió recurrir a incendiar las casas del centro y a abrirse paso a través de sus muros. A la luz de esos incendios el combate continuó, muchas veces mano a mano y casa por casa.
Esa noche O'Higgins mando un mensaje a José Miguel Carrera: "Si vienen municiones y carga la 3ª división, todo está hecho". La respuesta de José Miguel fue: "Municiones no pueden ir sino en la punta de las bayonetas. Mañana al amanecer hará sacrificios esta división. Chile, para salvarse, necesita un momento de resolución"
Placa recordatoria a los caídos de la Batalla de Rancagua, en la Iglesia de la Merced.
El día 2 de octubre la batalla continuó ferozmente. En lo más duro de la lucha, el polvorín de los patriotas explotó. Aun así, la resistencia continuaba, a la espera del ataque de las fuerzas de Carrera.
Siendo esa la situación, se avistaron patrullas de las fuerzas al mando de José Miguel Carrera. Temeroso de encontrarse entre dos fuegos, Osorio dio la orden de retirada. Sin embargo, el ataque carrerino no se concretó, la orden fue rescindida y el ataque recomenzó.
El porqué José Miguel Carrera no atacó nunca ha sido satisfactoriamente explicado. Es posible que él mal entendió la situación y estaba a la espera del repliegue de O'Higgins hacia Angostura. Dada la bien conocida y entendible animosidad, además de la falta de comunicación (toda la coordinación se había efectuado a través de cartas) entre los generales, esto es obviamente posible. José Miguel Carrera explica en su diario militar que su avance fue para apoyar una retirada -de acuerdo con el plan anterior al comienzo de la batalla- y que al llegar a la altura de la actual Alameda el creyó que la plaza había caído por cuanto el ruido de la batalla cesó.
Cualquiera que fuera la causa, la situación de las fuerzas patriotas en Rancagua, con numerosas bajas y desprovistos de municiones, se hizo desesperada. En un último intento por salvar a los sobrevivientes, alrededor de las cuatro de la tarde, O’Higgins y sus soldados se lanzaron a la carga abriéndose paso a través de las líneas enemigas.
Los que habían quedado dentro de la plaza, continuaron resistiendo. Merecen un especial recuerdo los oficiales Ovalle y Yañez; el primero sostuvo la bandera en lo mas recio de la reyerta hasta que fue herido; el segundo le sustituyo en su puesto i murió defendiendo la enseña de Chile. Otros valientes como el capitan don José Ignacio Ibieta, rotas las dos piernas, puesto de rodillas i con sable en mano , guardo el paso de una trinchera, hasta que sucumbió bajo innumerables golpes, a pesar de que el mismo Ossorio había mandado dejar la vida.
Memoria Sobre las Primeras Campañas, Benavente.
De los novecientos que comenzaron la batalla, sólo alrededor de doscientos, muchos de ellos heridos, incluido O'Higgins, lograron escapar, dejando a la merced de los realistas los heridos que no podían moverse y las mujeres y vecinos que habían llegado a ayudarlos. Según el parte militar de Osorio, las fuerzas monarquistas sufrieron 111 muertos y 113 heridos. Los chilenos dejaron un total de 402 muertos y 292 heridos.
Afortunadamente para O'Higgins y los que escaparon, la ferocidad del combate había agotado a los españoles, que no los persiguieron. Sin embargo, volcaron su rabia contra los prisioneros. Comenzó así la política del terror que Osorio había prometido a los que se atrevieran a resistirlo.

Consecuencias

Monumento a O'Higgins en la Plaza de los Héroes de Rancagua.

Nivel local

La derrota de O'Higgins, dejó la ciudad literalmente destruida por los soldados del Virreinato del Peru. Los patriotas que vivían en las inmediaciones huyeron, y sus casas, después de ser saqueadas por los soldados y los vecinos monárquicos, fueron pasto del fuego y ardieron durante muchos días. Lo mismo sucedió a los solares del centro, así que los españoles que los ocupaban, hubieron de refugiarse en los ranchos abandonados antes del sitio por los criollos que vivían en las afueras de la ciudad.
Osorio estableció un tribunal militar para juzgar a los patriotas y dejó claro que esperaba que re-apertrechara sus tropas. Esto se hizo en parte a través de la requisición de los bienes de quien fuera que se considerara sospechoso de no ser monárquico y en parte de simplemente autorizando a los soldados a tomar lo que necesitaran o quisieran. Esos soldados, que creían que en América todos podían hacerse ricos simplemente tomando a la fuerza el oro de los que ahí vivían, muchas veces lo demandaban incluso de los monárquicos y españoles de la villa (después de todo,los patriotas que podían ya habían escapado), no se interesaba en controlar los desmanes y el tribunal mismo amparó los atropellos. Pronto incluso los monárquicos más ardientes empezaron a repensar sus simpatías .

Nivel nacional

La derrota de los patriotas en esta batalla produce el fin de la Patria Vieja, la huida de los líderes emancipadores a la Argentina y el comienzo del período histórico de la llamada Reconquista. Los Carrera sufrieron también mucho desprestigio debido tanto a su inacción durante la batalla como posteriormente, cuando los planes para la defensa tanto de Angostura como de Santiago mismo fueron abandonados. O'Higgins se reunió en Santiago, el 3 de octubre con José Miguel Carrera, llegando al convencimiento que la patria no tenía nada que esperar de Carrera. Nunca más se volvieron a ver y O'Higgins ni siquiera contestó los escritos que Carrera le hizo llegar después. Rancagua fue el quiebre definitivo entre estos próceres y sus seguidores. Para Carrera, la batalla se perdió por la insubordinación de O'Higgins, quien desobedeció la orden de replegarse enviada por el general en jefe cuando emergió en Rancagua la 3ª División. El trágico destino de los Carrera ha hecho que este quiebre se mantenga hasta hoy.

Conmemoración

Año a año se conmemora en la ciudad de Rancagua esta batalla tan importante en la historia nacional, mediante un desfile que se realiza en el Estadio El Teniente. Precisamente fue en el marco de esta conmemoración cuando, el entonces presidente de Francia, Charles De Gaulle, visitó la ciudad de Rancagua, y presenció junto al presidente chileno de la época, Jorge Alessandri, el desfile del 2 de octubre de 1964, cuando se conmemoraba el sesquicentenario de esta gesta heroica.

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