Alrededor de 120.000 soldados fueron movilizados durante el conflicto, de los cuales cerca de 3.500 fallecieron en combate.1 Al final, la victoriosa facción imperial abandonó su objetivo de expulsar a los extranjeros de Japón y en su lugar adoptó una política de continua modernización con el objetivo de eventualmente renegociar con las potencias occidentales los tratados desiguales. Gracias a la persistencia de Saigō Takamori, prominente líder de la facción imperial, los partidarios de los Tokugawa recibieron clemencia y a muchos líderes del shogunato se les concedieron posiciones de responsabilidad dentro del nuevo gobierno.
La guerra Boshin da testimonio del avanzado estado de modernización alcanzado por Japón apenas catorce años después de su apertura a Occidente, el elevado nivel de involucramiento de países occidentales (especialmente el Reino Unido y Francia) en la política del país, y la bastante turbulenta instalación del poder imperial. Con el tiempo, el conflicto ha sido idealizado por quienes consideran a la Restauración Meiji como una «revolución sin sangre» por el número relativamente moderado de bajas registradas. En Japón además se han realizado una gran cantidad de recreaciones, por ejemplo algunos de los elementos del conflicto se incorporaron en la película de 2003 El último samurái.
Guerra Boshin 戊辰戦争 |
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Samuráis del clan Shimazu, aliados con la facción imperial durante la guerra Boshin. Fotografía de Felice Beato. |
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Fecha | enero de 1868 – mayo de 1869 | ||
Lugar | Japón | ||
Resultado | Fin del Shogunato Restauración del poder imperial |
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Beligerantes | |||
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Comandantes | |||
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Bajas | |||
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