La decisión de ajusticiar a Mussolini fue tomada en el transcurso de
pocas horas, en un contexto en el que era muy difícil para los partisanos comunicarse con Roma y reunir de inmediato al Comité de Liberación Nacional (CLN). Los partisanos que habían conducido la operación de captura sólo alcanzaron a informar al comando de Milán, que envió inmediatamente a un grupo de partisanos y algunos emisarios políticos como Aldo Lampredi, Pietro Vergani y el militante comunista Walter Audisio, conocido como "Coronel Valerio", este último venía con las instrucciones de dar una muerte violenta a Mussolini.
Según versiones posteriores que se hicieron oficiales, se autorizó a Clara Petacci el reunirse con Mussolini en Dongo. Fueron despertados, llevados en un vehículo por unas curvas sinuosas cerca del Lago Como y bajados a las puertas de una villa campestre en Giulino di Mezzegra. Una vez bajados de los vehículos, Audisio leyó una breve sentencia en nombre del pueblo italiano y a continuación levantó su ametralladora para dar muerte a Mussolini. Audisio ordenó, "Agachate!"; Clara Petacci
abrazo a Mussolini e intentó interponerse. Disparos fueron realizados y
Pettaci cayó muerta. Justo después Mussolini abrió su chaqueta y gritó "¡Disparame en el pecho!".
Audisio le disparó en el pecho. Mussolini cayó pero no murió y estaba
respirando con dificultad, Audisio se acercó y lo ultimó con un certero
balazo en el corazón.30
La ejecución se realizó el 28 de abril de 1945; según la versión oficial, Mussolini fue fusilado, junto a Clara Petacci, en Giulino di Mezzegra, cerca de Dongo.
El método casi secreto y expeditivo de la ejecución fue decidido por la
presunta intención de los Aliados de capturar vivo a Mussolini y
procesarlo ante un tribunal internacional (con la posibilidad que fuese
condenado a una pena menor o absuelto), mientras muchos partisanos
exigían por el contrario que se aplicase pena de muerte al Duce tal como había sido decretada por el CLN italiano.
Los cadáveres fueron trasladados en la tarde del mismo 28 de abril en un camión a Milán, en el trayecto no se permitió a nadie acercarse a los cuerpos y éstos fueron dejados el día 29 en la Plaza Loreto
de esa ciudad. Allí fueron sometidos a toda clase de ultrajes por la
muchedumbre. El servicio de policía compuesto por partisanos y bomberos, colgó luego los cadáveres cabeza abajo en una gasolinera de la plaza.31
Esto se hizo para confirmar públicamente su muerte, y como gesto de
humillación y venganza partisana, ya que en ese mismo lugar se habían
colgado meses atrás los cadáveres de 15 partisanos antifascistas.
El cadáver de Mussolini fue desfigurado a golpes a tal extremo que su
rostro resultó casi irreconocible, algo menos ocurrió con Petacci. Aún
muertos fueron objeto de crueles burlas e incluso fueron colocados uno
al lado del otro para ser fotografiados en la morgue. Horas más tarde
los líderes locales del CLN decidieron cesar la exhibición y retirar los
cuerpos, éstos fueron colocados en cajones de madera con paja en su interior y retirados para sepultarse en tumbas anónimas.
Poco después del final de la guerra, los restos de Mussolini fueron robados del cementerio de Musocco por obra de un grupo de neo-fascistas autodenominados «SAM-Squadre d'Azione Mussolini» y capitaneados por Domenico Leccisi.32
El cuerpo de Mussolini estuvo desaparecido varios meses. Después de la
restitución a la familia, su cadáver fue trasladado a la capilla de Predappio.
El mismo 29 de abril Adolf Hitler
se enteró detalladamente de lo ocurrido con Mussolini y su amante. Se
encargó de hacer arreglos para que no sucediera lo mismo con su cuerpo
después de fallecer. En consecuencia, mandó que su cadáver y el de Eva Braun fuesen posteriormente quemados.
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