El
Primer Imperio francés, conocido comúnmente como el
Imperio Napoleónico, cubre el periodo desde la coronación de su emperador,
Napoleón Bonaparte hasta su abdicación, en 1815. Oficialmente, el término se refiere al periodo comprendido entre el fin del Consulado hasta la
Restauración de la monarquía borbónica, aunque posteriormente vivió un epílogo entre el periodo de los
Cien Días (
1 de marzo de
1815), la abdicación final de Napoleón, el
22 de junio de
1815, y la entrada de
Luis XVIII en París, conllevando esto la salida el 7 de julio del emperador
Napoleón II y su Comisión de Gobierno. Los conflictos que el imperio tuvo con
Gran Bretaña,
Prusia,
Rusia, y varios países más son conocidos como
Guerras Napoleónicas o guerras de coalición.
En los quince años en que permaneció en el poder, Napoleón Bonaparte
se hizo uno de los mayores mitos de la historia. Fue un admirador del
general romano
Julio César, y acariciaba el deseo de transformar a Francia en la mayor
potencia mundial, y utilizó todos sus medios para intentar lograr su objetivo.
Napoleón Bonaparte arrastró a gran parte de Europa hacia una guerra.
En el 1810, ya controlaba casi toda la parte occidental del continente
europeo, faltando apenas Gran Bretaña. Con sus conquistas, varios
gobiernos absolutistas fueron extintos y las ideas de la
Revolución Francesa se diseminaron por
Europa.
En el plano interno, Napoleón consiguió restablecer la estabilidad
política de Francia y creó una infraestructura capaz de impulsar los
negocios de la burguesía francesa. Es considerado por muchos uno de los
mejores estrategas de la historia universal.
No hay comentarios:
Publicar un comentario