Durante la época de la Colonia, la Guerra de Arauco había impedido el establecimiento de españoles al sur del río Biobío. Las pocas ciudades fundadas durante la Conquista de Chile habían desaparecido tras la batalla de Curalaba. Así, aunque Chile limitaba oficialmente hasta el Cabo de Hornos, tras la independencia sólo se tenía control efectivo hasta el Biobío, con enclaves en Valdivia (refundada en 1684, incorporada a Chile en 1820) y Chiloé (colonizado en 1567 e incorporado a Chile en 1826). La jurisdicción de Chiloé incluía a Llanquihue, pero solo se hallaban habitadas las riberas del canal de Chacao, en particular Carelmapu y las islas del archipiélago de Calbuco, y algunas zonas costeras más cercanas a Osorno.
Durante la década de 1840, el Gobierno de Chile inició el proceso de establecimiento de colonias en la región de Llanquihue y Valdivia, con tres objetivos básicos: la explotación de los abundantes recursos naturales de la zona sur del país, incorporar efectivamente dichos territorios a la soberanía del país y así evitar la ocupación de la zona por potencias extranjeras, y de llevar población de origen europeo en zonas donde había comunidades nativas.
Esta colonización influenció también parte del sur de Argentina, debido al importante intercambio comercial realizado a ambos lados de la cordillera. Así por ejemplo, la ciudad de San Carlos de Bariloche nació debido al establecimiento de un molino de trigo en las márgenes del lago Nahuel Huapi efectuado por un colono alemán de la zona de Llanquihue.
Dibujo de la zona de Puerto Montt, realizado por Vicente Pérez Rosales.
Fundación de Puerto Montt. Junto a Valdivia y Osorno, es una de las ciudades símbolo de la colonización alemana en Chile
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