La mayoría de los historiadores identifican a los nabateos con la tribu de Nébáyót. Por eso se les relaciona con Ismael de quien aquél era hijo (cfr. Gen 25,13; 28,9; 36,3; 1 Par 1,29). Pertenecían al grupo de los arameos contra quienes combatió Tiglatpileser III (745 - 727 a. C.).
Asurbanipal también luchó contra ellos hacia 640 a. C. Unidos a la gente de Qedár resistieron mandados por el jefe árabe Uabé, hijo del anciano Házá'il. En este tiempo eran eminentemente nómadas y la ley vigente entre ellos les prohibía sembrar trigo, plantar árboles o construir casas. Así mantenían el espíritu trashumante que les era propio.
Hacia el 312 a. C., Antígono, soberano de Siria y Fenicia, emprendió una campaña contra los nabateos, que se refugiaron en Petra. Allí gozaron de independencia, sobre todo en la época de mayor debilidad de los seléucidas. La ciudad comercial más importante estaba en Hegra, hoy Medáh-insálih, lugar en que se cruzan las rutas del golfo Pérsico por Hái'l y Teima, del Yemen por Yatrib, del mar Rojo por Leuke Kome en la desembocadura de Uadi el-Harud.
Petra ( Piedra ), la capital nabatea esculpida en la roca.
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