La
Tercera Batalla de Járkov concluyó con la recaptura de la misma por la
Wehrmacht alemana, esta fue la última ciudad importante que la
Alemania nazi capturaría en la
Segunda Guerra Mundial. Jarkov había sido capturada inicialmente el
25 de octubre de
1941, pero había sido recuperada por el
Ejército Rojo en febrero de
1943, después del desastroso resultado de la
Batalla de Stalingrado. Actuando por iniciativa propia, el Generalfeldmarschall
Erich von Manstein contraatacó al observar el agotamiento soviético.
El II Cuerpo SS
Panzer, equipado con tanques
Tiger, junto con las selectas divisiones
SS Leibstandarte y
Das Reich
realizaron la mayor parte de la batalla, estas dos divisiones habían
estado descansando por lo que para el momento de la batalla estaban
reposadas y completas. Bajo el mando del SS-Gruppenführer
Paul Hausser,
se acercaron a las fuerzas soviéticas avanzando sobre Jarkov, siendo
superadas las fuerzas alemanas en relación 6 a 1. Ante el riesgo de ser
rodeado, Hausser se retiró, desobedeciendo órdenes directas de
Adolf Hitler.
Esta acción irritó tanto a Hitler, que se negó a premiarlo al terminar
la batalla, aun cuando quedó claro que Hausser había actuado
correctamente.
Después, el II Cuerpo SS Panzer, apoyado por la
3ª SS División Totenkopf, atacó a las avanzadas soviéticas, destruyéndolas, salvando al
Grupo de Ejércitos Sur. La división
Leibstandarte
tomó entonces Jarkov, por esta razón Hitler renombró la plaza principal
de la ciudad "Leibstandarteplatz". Esta batalla es estudiada hoy en día
en las academias militares como un perfecto ejemplo de defensa móvil.
El contraataque de von Manstein dejó un saliente alemán al sur de
Kursk, que al combinarse con otro saliente centrado en
Orel al norte de Kursk, formaban a su vez un saliente soviético centrado en Kursk. Hitler empezó entonces a planear una ambiciosa
ofensiva hacia Kursk, donde esperaba destruir dos Frente Soviéticos enteros (Voronezh y Centro). Después de la
batalla de Kursk, en julio de ese mismo año, los alemanes fueron expulsados definitivamente en la
cuarta Batalla de Jarkov en agosto.
A pesar de que la victoria duró poco, el hecho de que von Manstein no
sólo hubiera estabilizado el frente, retirándose ordenadamente, sino
que también hubiera contraatacado contra una fuerza superior
numéricamente, capturando la cuarta ciudad más grande soviética, es
considerado como una de las acciones militares más brillantes de la
Segunda Guerra Mundial.
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